En un año marcado por turbulencias económicas y geopolíticas, el metal dorado ha vuelto a acaparar titulares. El precio del oro se ha disparado a máximos históricos y, aunque ha registrado una corrección, los fundamentos que lo impulsan siguen intactos. Este artículo explora las razones de su ascenso, sus riesgos y lo que podría venir.

         1. El auge reciente

En octubre de 2025, el precio de una onza troy de oro superó los US$ 4.300 por primera vez. 
La subida acumulada desde enero alcanza más del 50 % en muchos mercados. 
En paralelo, la demanda minorista – por barras, monedas y lingotes – creció de manera destacada en Europa y Australia. 

          2. ¿Qué está impulsando esta escalada?

Varias fuerzas convergen:

  • Incertidumbre económica y geopolítica: Las tensiones comerciales, la posibilidad de recesión en distintas regiones y una política monetaria menos predecible han elevado el atractivo del oro como “refugio”. 

  •      Política monetaria y tipos de interés reales bajos: Si las tasas de interés reales bajan, el coste de oportunidad de mantener oro (que no rinde dividendos) disminuye, lo que favorece su demanda. 

  •     Debilidad del dólar EE.UU.: Dado que el oro cotiza en dólares         estadounidenses, un billete más débil lo hace más atractivo para los compradores en otras divisas.

  •       Demanda de bancos centrales y de inversores minoristas: Algunos bancos centrales están incrementando sus reservas de oro, mientras que los minoristas compran para protegerse ante la volatilidad. 

            3. ¿Y ahora qué? entre expectativas y riesgos

    Aunque el panorama luce favorable, no está exento de “pero”.

    • Expectativa alcista: Según analistas, el oro podría dirigirse hacia los US$ 5.000 por onza en 2026 si las condiciones se mantienen. 

    • Riesgos de corrección: En días recientes, el oro sufrió una caída del 5-6 % tras máximos históricos. Esto recuerda que lo que sube puede bajar también.

    • Cambio de viento en la demanda tradicional: En mercados clave como China e India, la demanda de joyería cayó más del 25 %, lo cual podría limitar el alza si la demanda inversora disminuye. 

    • Volatilidad elevada: Entrar en pleno repunte implica aceptar que los movimientos serán bruscos. Exceso de “miedo a quedarse fuera” (FOMO) puede generar sobrecalentamiento. 

       

      4.Relevancia para Colombia y América Latina

      Para países como Colombia, donde el peso se enfrenta a presiones propias de región emergente, un oro fuerte puede tener efectos indirectos:

      • Los inversores locales podrían ver en el oro una opción para diversificar y protegerse ante depreciaciones del peso.

      • Las exportaciones mineras regionales podrían beneficiarse de precios elevados aunque también enfrentar retos de oferta.

      • Desde la óptica macro, un oro elevado contribuye a la imagen de activos “refugio”, lo cual puede afectar flujos de capital hacia mercados emergentes.